Los factores de riesgo del cáncer son variados y pueden incluir factores medioambientales, ocupacionales o genéticos. Las opciones de estilo de vida y las sustancias farmacológicas también pueden suponer factores de riesgo. Sin embargo, todavía es incierto porqué aquellos que tienen distintos factores de riesgo que hacen previsible el desarrollo de un cáncer nunca llegan a desarrollar esta condición. No obstante, una relativa forma rara de cáncer que se deriva de la exposición al amianto y que se conoce como mesotelioma, se desarrolla en aquellos que han estado expuesto a cantidades intensas de amianto durante un largo periodo de tiempo.
El mesotelioma ataca al mesotelio, que es la capa protectora que recubre los pulmones, el abdomen, el pecho y otros órganos internos. El amianto, el tóxico que produce este tipo de cáncer, es un mineral silicato que se encuentra en el entorno natural y que fue usado ampliamente en la construcción, el sector de la automoción y en los materiales resistentes al fuego, especialmente en el siglo XX. Hoy en día el uso de este silicato está prohibido
A pesar de la continua regulación que ha habido, en EEUU 3.000 casos de mesotelioma aparecen anualmente, afectando principalmente a personas que sufrieron niveles peligrosos de exposición al amianto. Aunque poco a poco se ve un descenso en el diagnostico de hombres, el número de mujeres expuestas en USA permanece, lo que significa que el cáncer amenaza a ambos sexos tal y como cambian los roles profesionales.
Algunas profesiones tienen niveles de exposición a los amiantos más elevados que otras. Son profesiones tales como la minería, la construcción, la demolición, la construcción de trenes y ciertas ramas militares y entre las que destaca la armada. Los reparadores y constructores de barcos tienen un elevado riesgo. El mesotelioma algunas veces afecta a las familias de esos trabajadores, dada la posibilidad de que éstos lleven las fibras del trabajo a casa en sus ropas o en su pelo.
Incluso hoy en día se estima que los materiales que contienen amianto pueden ser encontrados incluso en los colegios, donde su uso como aislante y como material de construcción era común. Otros edificios públicos pueden contener amianto normalmente en el suelo, en el techo en las tuberías, en los aislantes de tuberías y calderas. Todas estas fuentes de exposición al amianto puede ser un riesgo de contraer mesotelioma ya que con el tiempo los materiales se vuelven friables, lo que permite que las pequeñas fibras queden suspendidas en el aire durante horas.
Las fibras de amianto están compuestas de silicatos. Estas fibras pueden ser inhaladas y trasmitirse al sistema respiratorio. Las fibras de amianto pueden ser igualmente ingeridas afectando entonces a la capa que recubre el abdomen, ocurriendo lo que se conoce como mesotelioma peritoneal. Cuando las fibras alcanzan los pulmones, pueden penetrar en la capa y en la superficie interna del pecho.
Cualquier persona que sienta los síntomas del mesotelioma debería contactar inmediatamente con un médico y con un abogado. Las empresas que siguieron usando el amianto a pesar de las terribles consecuencias que se derivarían para sus trabajadores deben resarcir el daño causado.
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