Hasta 1970 que fue cuando en USA apareció la primera regulación en contra del amianto, este material fue utilizado en la mayoría del ejército americano. Hoy en día es comúnmente conocido que el amianto es una sustancia peligrosa cuando esta presente en ciertos lugares y condiciones. El mayor peligro es cuando el amianto está en el aire pues es entonces cuando es más fácil que la víctima lo inhale o ingiera. Se ha demostrado que una exposición extendida en el medio ambiente eleva las posibilidades de que se desarrolle un mesotelioma o un cáncer de pulmón. Recientes investigaciones científicas evidencian que el tiempo y la intensidad de la exposición al amianto puede también influir en las posibilidades de desarrollar una de estas dos enfermedades
La exposición al amianto también se relaciona con otros problemas de salud que afectan, en la mayoría de los casos a la capacidad respiratoria del paciente. Aquellos que han estado expuestos a pequeñas cantidades de amianto también tienen posibilidades de desarrollar problemas relacionados con su ingesta.
El amianto se utilizó para aislar los barcos y hacerlos infranqueables al fuego En los barcos de la armada estadounidense el amianto se usó como aislante y en los materiales antiincendios. Estos materiales se encontraban normalmente en las calderas y en las puertas cortafuegos. Además el amianto estaba presente en el forrado de los barcos y podía ser encontrado en muchas de las áreas donde la tripulación trabajaba. Por ello, la exposición era casi siempre inevitable. Además estos materiales normalmente eran transportados por la tripulación, lo que implicaba el riesgo de que las fibras se depositaran en el aire y fueran inhaladas por todo el mundo.
El amianto es capaz de afectar a la salud de las personas de diferente maneras dependiendo de distintas condiciones como son la duración de la exposición y como se ha introducido en el cuerpo. Estas son las enfermedades que comúnmente se relacionan con el amianto:
El número de mesoteliomas es relativamente bajo si se compara con otros canceres, pero la increíble mortalidad de esta enfermedad hace que sea una seria amenaza para la salud. Además de aquellas víctimas a las que se les diagnostica la enfermedad tras una exposición directa, hay otras personas que desarrollan este tipo de cáncer tras una exposición indirecta. Con independencia de la forma de exposición cualquier contacto con el amianto debería ser evitado, tal y como hemos aprendido de los veteranos que sirvieron en los barcos que contenían este material
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