Cuando el cáncer se ha extendido desde su origen hasta otras zonas del cuerpo, esto se conoce como metástasis. Las células cancerígenas pueden expandirse a otras zonas del cuerpo a través de los nódulos linfáticos y del torrente sanguíneo. En ciertas formas de cáncer la metástasis es predecible, lo que permite al médico estar atento a otras zonas que pueden ser susceptibles de ser invadidas.
Desgraciadamente, muchos de los casos de mesotelioma no son diagnosticados hasta que la enfermedad ha avanzado hasta la fase 3 o 4, por lo que es común que ya haya metástasis cuando se diagnostica el mesotelioma. Incluso después de que se haya descubierto el mesotelioma puede que haya metástasis según el cáncer avance. Muchos casos de cáncer se expanden hasta el cerebro o los huesos en sus últimos estadíos, pero el mesotelioma es distinto en este aspecto. Este cáncer suele extenderse hacia los órganos que están cerca del pulmón que contenía el primer tumor. Cuando esto ocurre se habla de un esparcimiento local.
Se piensa que el mesotelioma evoluciona más rápidamente que otros tipos de cáncer por la localización del tumor en o cerca del pulmón. Puesto que los pulmones envían oxígeno a través del cuerpo, las células del mesotelioma pueden entrar en el torrente sanguíneo mucho más rápidamente y viajar a través del cuerpo.
Es posible controlar la evolución del mesotelioma usando imágenes de diagnóstico como la Resonancia magnética o el escáner CT. El paciente puede sentir otros síntomas que no están relacionados con el mesotelioma, lo que puede suponer que l médico deduzca que el cáncer se ha extendido a otras zonas. Cuando esto pasa se llevan a cabo test por imágenes.
La metastasis puede desviar completamente al tratamiento del primer plan de acción. En este punto es muy importante direccionar el cáncer que está ahora en otra parte del cuerpo, de manera que se pueda empezar con otro programa diferente de tratamiento. A menudo se recomienda una combinación de quimioterapia y radioterapia pero en este punto, las opciones de tratamiento pueden ser solo aliviar el dolor y hacer que el paciente esté más cómodo o tenga mejor calidad de vida.
Un oncólogo con dilatada experiencia en el tratamiento de las enfermedades agresivas relacionadas con el amianto, como lo es el mesotelioma, puede sugerir un plan de tratamiento que funcione de la mejor manera tanto para el mesotelioma como para la metástasis.
Aunque la metástasis en el mesotelioma normalmente es local, se han recogido casos en que la metástasis ha llegado al cerebro. Puesto que el mesotelioma maligno raramente se esparce hacia el cerebro, los huesos, o las glándulas los pacientes con esta enfermedad no deben esperar que esto ocurra. Cuando ha habido metástasis en el cerebro, el diagnóstico no se ha hecho hasta los últimos estadíos de su avance.
Después de que el cáncer haya alcanzado partes remotas del cuerpo, el tratamiento normalmente es paliativo. Esto significa que su mayor objetivo no es curar la enfermedad sino aliviar los síntomas que se le asocian y hacer que el paciente esté más cómodo. Los tratamientos que tienen por objetivo curar tienen mejor resultado cuando el cáncer se diagnostica en las primeras fases. Hay sin duda pacientes que han sobrevivido al mesotelioma porque las opciones de tratamiento agresivas fueron exitosas.
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