30 Abril 2015
FELIPE Cuñado, de 61 años y vecino de Zumarraga, trabajó en una fundición de Urretxu tres décadas, entre 1970 y 2000. Explica que “al pasar a ser pensionista ya no tenía los reconocimientos médicos del trabajo”. Como prevención, hace cinco años se puso en contacto con varios antiguos compañeros y, a través de Osalan, todos ellos comenzaron a pasar controles. “Todos los años me hacía pruebas y tenía todo perfecto. Pero en septiembre del año pasado después de hacerme las pruebas el doctor me preguntó a ver si estaba más cansado o si me sentía mal. No tenía ningún síntoma, pero tenía cáncer de pulmón”, recuerda Cuñado.
La rápida detección fue fundamental para evitar el desarrollo de la enfermedad. “Me empezaron a hacer todo tipo de pruebas, pero el nódulo iba creciendo y además apareció otro, el cáncer se va desarrollando muy deprisa. Había que operar cuanto antes”.
Apenas unas semanas después estaba en el quirófano. “Me quitaron medio pulmón y los ganglios. Al salir los médicos me dijeron que era para estar contento”, relata. “Menos mal que pedimos a Osalan que nos hiciera las pruebas, sino ahora estoy en el cementerio. Ahora llevo una vida limitada, no puedo ir al monte, nunca volveré a hacer vida normal, pero hago lo posible por caminar. A los compañeros jubilados que trabajaron conmigo siempre les digo que no dejen de hacerse controles porque el pico del amianto va a llegar entre 2020 y 2025. Va a haber muchos más casos”, advierte este exmetalúrgico.
Aunque la batalla principal contra la enfermedad la ha ganado, este afectado mantiene la misma guerra que otros muchos enfermos y familiares de fallecidos por exposición al amianto, que se le compense económicamente por los perjuicios sufridos a causa de la falta de medidas de prevención en su empresa.
Tiene la baja absoluta por enfermedad profesional, pero al haber desparecido la empresa en que trabajaba no tiene a quién reclamar. Por eso pide “a quien corresponda” que cree un fondo para que personas como él puedan complementar su pensión. “Es injusto, sufriendo el mismo problema unas personas cobran la indemnizacion y otros como yo no. Sabemos que se van a dar muchos casos en el futuro y pido a quien corresponda, no sé si sindicatos u organizaciones empresariales, que se pongan de acuerdo para hacer frente a esto”.
Fuente: www.deia.com
http://www.deia.com/2015/04/27/economia/si-no-pido-las-pruebas-estoy-en-el-cementerio
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