13 Marzo 2025
Un hombre tenía una pensión de 400 euros y ha pasado a cobrar 1.800. Una mujer que no tenía ningún ingreso percibe ahora una prestación de 2.338 euros mensuales. Los dos casos tienen una característica en común: han sido pacientes de la Clínica de Patología Laboral (CPL) del hospital del Mar, en Barcelona, la única unidad de este tipo existente en España, y han conseguido que sus patologías sean reconocidas como enfermedades profesionales.
“Estamos haciendo un esfuerzo para hacer aflorar esta tipo de patologías porque el afiliado a la Seguridad Social mejora sus prestaciones si su enfermedad es reconocida como profesional”, explica Fernando García Benavides, responsable del Centro de Investigación en Salud Laboral (Cisal), integrado por el hospital del Mar y la Universitat Pompeu Fabra. Al mismo tiempo, el reconocimiento de una contingencia profesional por parte del Instituto Nacional de la Seguridad social (INSS) evita que deba ser asumida por el sistema sanitario, que no va sobrado de presupuesto ni de efectivos. Tan importante como todo esto, es que la identificación de estos trastornos permite tirar del hilo, “investigar y detectar los factores de riesgo que los están produciendo con la finalidad de poder prevenirlos”.
El año pasado se comunicaron en España 26.993 partes de enfermedades profesionales (16.842 en el año 2010) y aproximadamente dos de cada tres expedientes se cerraron sin baja laboral del trabajador, según datos de la Seguridad Social. Es la punta del iceberg, afirman los especialistas. Estimaciones recientes sostienen que la infradeclaración de enfermedades profesionales se sitúa por encima del 60%. “El subregistro es secular”, enfatiza el doctor García Benavides.
Desde que fue creada, a mediados del 2010, la unidad específica del hospital del Mar ha estudiado 309 casos derivados por otros servicios del centro, confirmando la sospecha de enfermedad laboral en aproximadamente un 70%. Un total de 117 personas han iniciado la tramitación de determinación de contingencia profesional, de los cuales 67 han sido confirmados por el INSS. Así, el hospital ha facturado la atención de 40 de estas personas a las mutuas colaboradoras de la SS, que son 18.
Al margen de la experiencia única del CPL del hospital del Mar, en España la complejidad del procedimiento para la determinación de una contingencia profesional a partir de una situación de incapacidad (con o sin baja laboral) es la causa de la alta tasa de infravaloración. “Los estudios dicen que la falta de reconocimiento de las enfermedades profesionales en general es del 66%, pero si hablamos de cáncer es de más del 99%”, sostiene José María Ramada, jefe de la CPL del Mar. “Esto va en detrimento de la prevención de estas enfermedades, de los derechos de protección social que tienen los trabajadores y de poner los gastos de la atención sanitaria donde corresponde: todo es dinero público, pero uno es de la Administración General del Estado y otro de los sistemas de salud de las autonomías”.
Para los expertos, clarificar el panorama debería ser una prioridad de los actores políticos. De hecho, las comunidades que han implantado un sistema de notificación más ágil desde la asistencia primaria para comenzar el laberinto (caso de Navarra, Murcia, País Vasco o La Rioja) han hecho aflorar miles de enfermedades laborales mientras el resto permanecen estancadas en el infrarreconocimiento. Por ejemplo, si Catalunya notificara la misma tasa de casos que Navarra pasaría de los 3.200 al año actuales a los 20.000, seis veces más, calcula Ramada: “En Catalunya vamos con muchísimo retraso y tenemos la necesidad de que se establezca un sistema de vigilancia epidemiológica con alarmas tanto por parte de los médicos de familia de la asistencia primaria como de los especialistas de los hospitales”.
Actualmente, en Catalunya el procedimiento se inicia con una sospecha del médico de primaria sobre la posible relación de una enfermedad con las condiciones de trabajo. El facultativo contacta con la unidad territorial de salud laboral, que contacta con el trabajador, quien tiene que tramitar el caso hasta la resolución final del INSS. Las enormes diferencias entre autonomías se centran en el primer paso.
Según Ramada, las principales patologías de origen laboral en España son los cánceres (“actualmente vemos una epidemia de mesoteliomas malignos de pleura producidos por el amianto, un cáncer que puede tener un periodo de latencia de 30 o 40 años desde que el trabajador se expuso al amianto. Muchos trabajadores están debutando ahora y muchas de las empresas han desaparecido, pero la responsabilidad de la SS, no”), problemas musculoesqueléticos sobre todo en brazos, dermatosis profesionales y casos de pérdida auditiva y sordera por la exposición al ruido.
Fuente: www.lavanguardia.com
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