11 Julio 2024
A pesar de que su uso fue prohibido en España en 2001, el amianto continúa siendo una amenaza latente para la salud pública. Este material, conocido por su resistencia al calor y su durabilidad, fue ampliamente utilizado en la construcción y la industria durante gran parte del siglo XX. Sin embargo, sus peligros para la salud son devastadores, incluyendo enfermedades como la asbestosis, el cáncer de pulmón y el mesotelioma.
La prohibición del amianto fue un paso crucial, pero dejó un legado peligroso: millones de toneladas de amianto permanecen en edificios, tuberías y otros productos en todo el país. Según estimaciones, más de tres millones de viviendas en España contienen algún tipo de material con amianto, lo que representa un riesgo constante para sus habitantes y trabajadores de la construcción que puedan estar expuestos a este material durante renovaciones o demoliciones.
En los últimos años, se han documentado numerosos casos de exposición al amianto en lugares de trabajo, escuelas y edificios públicos. Muchos de ellos han sido ya tratados por equipos profesionales de la retirada de amianto. Estos incidentes ponen de manifiesto la urgencia de abordar este problema de manera efectiva. Los sindicatos y asociaciones de afectados han denunciado repetidamente la falta de medidas adecuadas para proteger a los trabajadores y al público en general.
Detectar la presencia de amianto en edificios y materiales es una tarea que requiere precaución y conocimiento especializado. Los signos visibles de amianto pueden incluir materiales de construcción antiguos, como placas de fibrocemento, tejas, aislamientos de tuberías y suelos de vinilo, todos comúnmente utilizados antes de la prohibición del amianto.
Dado que el amianto no se puede identificar a simple vista, es crucial realizar una inspección profesional. Los expertos utilizan equipos y técnicas específicas, como microscopios y análisis de laboratorio, para identificar la presencia de fibras de amianto en muestras tomadas del sitio.
Además, es esencial seguir procedimientos de seguridad estrictos para evitar la liberación de fibras peligrosas durante el proceso de inspección y muestreo. Por lo tanto, si se sospecha que un material contiene amianto, se debe contactar a un especialista certificado para realizar una evaluación adecuada y segura.
Retirar amianto es un proceso complejo y peligroso que debe ser llevado a cabo exclusivamente por profesionales certificados. La eliminación de este material implica una serie de etapas meticulosas para garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como del entorno.
Primero, se realiza una evaluación exhaustiva del área para determinar el alcance de la contaminación. A continuación, se establecen zonas de contención y se utilizan equipos de protección personal (EPP) adecuados, incluyendo trajes especiales y respiradores. Los profesionales emplean técnicas específicas para evitar la liberación de fibras de amianto durante su manipulación, como el uso de herramientas manuales en lugar de eléctricas y la aplicación de métodos de encapsulamiento y humectación.
El material retirado se coloca en bolsas selladas y etiquetadas, que luego se transportan a instalaciones de eliminación autorizadas. Todo el proceso sigue estrictamente las normativas y protocolos establecidos para minimizar el riesgo de exposición y garantizar una eliminación segura y responsable del amianto.
Fuente: www.lanuevagaceta.today
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