27 Abril 2022
A medida que las sociedades van evolucionando en la búsqueda de una mejor calidad de vida, queda claro que algunos de los procesos que facilitaban la vida de las personas en el pasado ya no pueden ser aceptados en estos tiempos. Muchas veces, porque los materiales usados, aunque útiles, son de enorme riesgo para las poblaciones civiles. Ese es, precisamente, el famosísimo caso de la uralita.
No fue sino hasta el año 2005 que este compuesto, formado por cemento y amianto, fue aplicado durante numerosos procesos de construcción de estructuras en el mundo entero, por los buenos resultados que ofrecía a quienes confiaban en él, apoyados en años de experiencia en la obra.
Pero ese año, la Unión Europea prohibió terminantemente que se siga aprovechando la uralita para la construcción en su territorio, alegando que se trata de un material altamente tóxico, que puede provocar lesiones pulmonares a corto y medio plazo, y/o el desarrollo de cáncer, a largo plazo.
Los estudios de los científicos de la entidad continental determinaron que la exposición constante que millones de personas nacidas o residentes de Europa soportaban respecto a la uralita, era causa de que hubieran padecido distintas clases de cáncer, por lo que inmediatamente se optó por prohibir.
Pero incluso cuando ya existe una consciencia en este sentido, y hoy en día la uralita ya no se usa para las construcciones, el verdadero problema está dado por la necesidad de retirada de amianto.
Por muchísimo tiempo, éste había sido un compuesto fundamental de una Europa pujante, en la que se construyeron miles de edificaciones utilizando uralita, la mayoría de las cuales siguen ocupadas. Prácticamente todas las construcciones anteriores a 2005 poseen un porcentaje de uralita en ellas. Esto se da sobre todo en los sistemas de tuberías que, ocultos, parecen no representar un riesgo. Paradójicamente, es de esas instalaciones de las que más debemos cuidarnos en el día a día.
Afortunadamente, ya sea para trabajar en esas instalaciones como para retirar tejados de amianto, existen profesionales en la materia que se han formado específicamente en estas labores, brindando servicios de pocería y reparación de techos con uralita, para tranquilidad de los ocupantes del hogar.
Esta tarea, que requiere de unos conocimientos muy concretos para llevarla a cabo, se torna esencial tan pronto descubrimos que la construcción de casa posee amianto en sus instalaciones de uralita. Hay que actuar de inmediato si comprobamos su presencia, para evitar cuadros y trastornos de salud como los que hemos mencionado anteriormente, así que no dudes en contactar a estos profesionales.
Ésta es la pregunta que se suelen hacer los propietarios de inmuebles, y hay una respuesta sencilla. Básicamente, tienes que intentar acceder a cualquiera de las instalaciones de la vivienda que sean anteriores a 2005, y revisar si aparece una inscripción “NT” sobre ellas, que indica que han sido diseñadas con uralita de nueva tecnología preparada especialmente sin amianto, o si no fue así.
Fuente: www.bejarnoticias.es
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