02 Febrero 2022
Entre los grandes expertos en el conocimiento de los efectos nocivos del amianto para la salud se encuentra Josep Tarrés. Este médico de cabecera, neumólogo, doctor en Medicina y especialista en la patología derivada de este material, natural de Cerdanyola del Vallès, ha dedicado su carrera al problema de salud pública que supone el amianto.
El doctor recuerda a Metrópoli que nos encontramos con una problemática que viene de lejos y que continúa gravemente presente en la actualidad. "A día de hoy, el amianto es un cancerígeno de primera categoría. La OMS ya lo declaró en 1977 como tal", expresa. Por ello, este neumólogo insiste en la importancia de la retirada de este material predominante en cubiertas de asbesto: "La vida útil del amianto está alrededor de los 35 años, pero la mayoría de placas instaladas tienen más tiempo".
El especialista explica que el principal problema de salud "a día de hoy" con el amianto es la posibilidad de desarrollar un "mesotelioma pleural". En este sentido, remarca que el asbesto es responsable de un "10-15% de cánceres de pulmón", pero la exposición a este material también puede derivar en otros tipos de cáncer, como los de "laringe y esófago", entre otros. Además, el médico puntualiza que el tiempo de latencia entre la inhalación de fibras y la manifestación de la enfermedad es de entre "35 y 50 años de promedio".
Tarrés, quien se define como un "activista médico", ha divulgado sobre el amianto allí donde le han requerido a lo largo de su carrera. El doctor explica que ha compartido su conocimiento con todas las entidades y colectivos que se lo han demandado, además de colaborar y trabajar junto a todo tipo de instituciones como la Agència de Salut Pública de Barcelona, donde formó parte de una "comisión" para tratar la problemática del amianto en el metro.
Varias de sus colaboraciones se han producido en la capital catalana. El doctor trabaja juntamente con la Federació d'Associacions Veïnals de Barcelona (FAVB), así como con Jubilados de Macosa-Alstom, exempleados que durante su carrera profesional sufrieron décadas de exposición al amianto en sus instalaciones del Poblenou. Sobre quienes trabajaron en la planta y no han manifestado enfermedad hasta la fecha, Tarrés no duda en que podrían tener una "manifestación cancerígena en el futuro". Cabe recordar que más de una treintena de ellos han fallecido por patologías derivadas del asbesto.
El especialista advierte sobre el riesgo que corren actualmente los niños escolarizados en centros educativos barceloneses próximos a cubiertas de amianto. "Estos niños podrían desarrollar una etapa cancerígena en 35, 40 o 50 años. De hecho, algunos desarrollarán un cáncer por culpa del amianto que habría sido totalmente evitable si se desamiantara", subraya.
Para acabar con esta situación, Tarrés plantea la necesidad de que exista una "voluntad política" que a día de hoy es "muy escasa" pese al requerimiento existente de actuar con carácter de urgencia en la ciudad y en el conjunto de Cataluña.
El Ayuntamiento de Barcelona aprobó el pasado martes, en Comisión de Urbanismo, una proposición para la creación de un censo de edificios y espacios públicos con amianto en dos meses, así como un plan de retirada de estos elementos que incluya un calendario y un presupuesto de actuación que permita cumplir con el objetivo europeo de erradicación de este material.
Pese a que la medida contó con un apoyo unánime, el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, afirmó que se intentará "hacer realidad el calendario", pero echó balones fuera sobre el tiempo marcado en la proposición y la elaboración de un presupuesto que realmente escenifique un compromiso municipal para la retirada del amianto.
Tarrés se muestra crítico con esta aprobación, sobre la que asegura que "no se realizará" ya que "todo quedará en palabras" sin mayor recorrido. "Un mapa no se hace en unos días. Es inadmisible que una decisión política no se acompañe de una política presupuestaria y un buen timing. También hay que pedir responsabilidades de cumplimiento", apunta. Lo cierto es que Barcelona, bajo el mandato de Colau, ya se ha comprometido en otras ocasiones a realizar un censo que continúa siendo inexistente. En palabras de Badia, el único documento del que se dispone actualmente es de un "borrador".
El doctor asegura que la necesidad de llevar a cabo un desamiantado total "va calando poco a poco en la administración", pero insiste en que "falta decisión y empuje" y recuerda: "Si se sigue al ritmo actual, se tardará 250 años a eliminar el amianto en Cataluña".
Fuente: www.metropoliabierta.com
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